Las quemaduras son lesiones dolorosas que pueden ocurrir en cualquier momento y lugar. Es crucial comprender cómo se producen, qué las causa y qué hacer en caso de sufrir una. En este artículo, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre las quemaduras, desde sus causas hasta su tratamiento y pronóstico.
¿Por qué se producen las quemaduras?
Las quemaduras pueden ser causadas por varios factores, desde el calor hasta productos químicos. El contacto con superficies calientes, líquidos hirvientes, fuego, electricidad, radiación o sustancias químicas puede provocar quemaduras en la piel (para conocer más sobre la piel y sus capas haz click aquí).
Causas comunes de quemaduras:
– Contacto con líquidos o superficies calientes.
– Exposición prolongada al sol sin protección.
– Contacto con productos químicos corrosivos.
– Electricidad, como un choque eléctrico.
– Incendios en el hogar o en el lugar de trabajo.
¿Cómo se produce el daño en la quemadura?
Cuando ocurre una quemadura, el calor intenso o el agente lesivo dañan las células de la piel y los tejidos subyacentes. Esto desencadena una serie de procesos en el cuerpo:
1. Destrucción de células:
El calor extremo de una quemadura puede dañar o destruir las células de la piel y los tejidos, causando inflamación y dolor.
2. Inflamación:
El cuerpo responde a la lesión desencadenando una respuesta inflamatoria. Esto incluye la liberación de sustancias químicas que aumentan el flujo sanguíneo a la zona afectada, lo que causa enrojecimiento, hinchazón y dolor.
3. Formación de ampollas:
En las quemaduras más graves, se pueden formar ampollas llenas de líquido en la piel dañada. Estas ampollas actúan como una barrera protectora mientras la piel se cura por debajo.
4. Pérdida de líquidos y electrolitos:
Las quemaduras graves pueden provocar la pérdida rápida de líquidos y electrolitos del cuerpo, lo que puede llevar a deshidratación y desequilibrios electrolíticos peligrosos.
5. Infección:
Las quemaduras también pueden aumentar el riesgo de infección, ya que la piel dañada es más vulnerable a la entrada de bacterias y otros microorganismos.
Clasificación de las quemaduras según su profundidad:
Las quemaduras se clasifican en primer, segundo y tercer grado, dependiendo de la profundidad de la lesión en la piel y los tejidos subyacentes. Es importante conocer la diferencia entre cada tipo de quemadura para poder brindar el tratamiento adecuado.
– Quemaduras de primer grado:
Afectan solo la capa externa de la piel (epidermis). Son dolorosas pero generalmente sanan por sí solas en unos pocos días.
– Quemaduras de segundo grado:
Afectan la epidermis y parte de la capa más profunda de la piel (dermis). Pueden ser muy dolorosas, causar ampollas y requerir atención médica.
– Quemaduras de tercer grado:
Son las más graves, afectan todas las capas de la piel y pueden dañar los tejidos subyacentes, como los músculos y los huesos. Requieren atención médica inmediata y pueden necesitar cirugía reconstructiva.
Acciones que puedes tomar antes de acudir a urgencias:
– Enfriar la quemadura con agua corriente durante al menos 10 minutos.
– Retirar cualquier objeto que pueda estar cerca de la quemadura, si fuese ropa mojada con agua caliente o quemada, retirar de inmediato.
– No aplicar hielo ni ungüentos en la quemadura. El hielo genera disminución del flujo de sangre hacia la quemadura, por lo que puede aumentar la profundidad de ésta.
– Cubrir la quemadura con un paño limpio y seco.
– Buscar atención médica de inmediato si la quemadura es grave o cubre una gran área del cuerpo.
Tratamientos para las quemaduras:
El tratamiento de las quemaduras depende de su gravedad y profundidad. Puede incluir desde cuidados en casa, como aplicar cremas antibióticas y mantener la quemadura limpia y cubierta, hasta procedimientos médicos más avanzados, como injertos de piel y terapia física.
Pronóstico según el tipo de quemadura:
El pronóstico de una quemadura depende de su gravedad y extensión, así como de la prontitud con la que se reciba tratamiento. Las quemaduras de primer grado generalmente sanan sin dejar cicatrices, mientras que las quemaduras de segundo y tercer grado pueden dejar cicatrices permanentes y requerir tratamiento a largo plazo.